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Hans Hartung (Leipzig, 1904-Antibes, 1989) es conocido como uno de los precursores del llamado expresionismo abstracto. A comienzos de los años veinte, y estando aún en el Liceo de Dresde, realiza series de dibujos y acuarelas que hoy consideramos ?gestuales?, aunque en aquellos años el término no formara parte del vocabulario del arte. Más tarde, en los cincuenta, se erige en uno de los primeros protagonistas de la pintura gestual al trabajar sobre la tela con movimientos breves y expresivos. Es entonces cuando el expresionismo abstracto se convierte en el estilo internacional de moda en Europa y EE UU y Hartung obtiene un reconocimiento largo tiempo demorado.
Con todo, y aunque su estilo parece encarnar más que ningún otro el concepto de «pintura gestual», todas sus telas se pintaron en realidad de manera muy clásica. Lo que parece el fruto de un violento golpe de brocha era dibujado inicialmente a lápiz, cuidadosamente rellenado con óleo y por último corregido hasta el menor detalle, en un proceso de trabajo asistido, e incluso en gran parte ejecutado, por restauradores profesionales. El punto de partida de estas formas pintadas eran pequeñas obras sobre papel al estilo de las que había realizado en los años veinte. Podría decirse, exagerando, que Hartung fue avant la lettre un pintor conceptual: su manera obsesiva de catalogarlo todo, incluso los errores, de delegar gran parte de la ejecución a ?profesionales? y, sobre todo, su precepto de tomar un pequeño gesto como punto de partida para una tela e incluso varias, a menudo ejecutadas mucho más tarde, evocan inevitablemente aquel famoso dictum de Sol LeWitt: ?La idea se convierte en una máquina que hace arte?.
El catálogo de la exposición se completa con sendos ensayos de Franz Kaiser y Juan Manuel Bonet que exploran no sólo su personal poética sino también los vínculos estrechos de Hartung con España: discípulo del escultor Julio González, con cuya hija, Roberta González, estuvo casado más de diez años, pasó largas temporadas en Menorca y en el pueblo almeriense de Carboneras, como nos recuerdan las muchas fotografías del propio Hartung que se han incluido en este catálogo.
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