En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
La batalla de Okinawa, de abril a septiembre de 1945, fue el último gran combate de la segunda guerra mundial, y uno de los más sangrientos. Participaban en ella mil quinientas embarcaciones norteamericanas, unos dos mil kamikazes japoneses y unas fuerzas de más de seiscientos cincuenta mil combatientes de ambos bandos. Su resultado fue la final muerte de ciento quince mil soldados, marinos y aviadores, y la de unos ciento cincuenta mil civiles atrapados entre los dos fuegos, en circunstancias tan terribles que les empujaron a muchos al suicidio; fue precisamente el elevado coste en vidas humanas de esta batallo lo que decidió a Truman a lanzar las bombas atómicas sobre Japón. Bill Sloan ha escrito este libro, que Evan Thomas califica de «poderoso y conmovedor», a partir de las entrevistas realizadas a unos setenta supervivientes de los combates, que quedaron marcados para siempre por esta experiencia: «Habían ganado su última batalla concluye pero el derramamiento de sangre y las miserias sufridas por los vencedores teñirían sus recuerdos y perturbarían sus sueños por todo el tiempo de sus vidas.»
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.