En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
El piano era su instrumento. La primera mujer importante en su vida, Ernestine von Fricken, era una estudiante de piano. Su gran amor y la que sería su mujer, Clara Wieck, era la mejor pianista joven de su generación. Era sorprendente que encontrara más fácil expresarse con el teclado que con cualquier otro medio, y de hecho estaba contento de haber publicado sólo música para piano durante los diez primeros años de su vida como compositor. A medida que envejeció siguieron unas pocas miniaturas, entre ellas tres simples sonatas y otras pequeñas piezas para sus hijos. Y nunca se sintió tan cómodo, en los cada vez más ambiciosos proyectos de su vida posterior como cuando podía pensar a través del piano otra vez en canciones, obras de cámara y piezas en forma de concierto. Pero todas sus obras mejor conocidas, y de hecho las mejores obras para piano sólo pertenecen a la remarcable primera década entre su veintavo y su treintavo cumpleaños, 1830-1840.
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.