En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Ana ha tenido que quedarse en casa porque es muy pequeña para ir al baile con sus padres y sus hermanas. "Aún eres muy pequeña, ni siquiera has aprendido a leer" le dicen para justificar que no puede acompañarles. Afuera llueve y tampoco puede salir a jugar. Solo le queda la compañía de su gato Emilio, pero a él le encanta trastear y, persiguiéndole, acaba en el sótano, un lugar donde tiene prohibido entrar. Allí hay libros viejos y telarañas. Esperando encontrar en algún libro dibujos que le entretuvieran, abrió unos cuantos y encontró: una zapatilla de cristal, dos niños perdidos con un trozo de pan, tres cerditos, cuatro músicos subidos uno encima de otro, cinco frijolitos cambiados por una vaca, seis pasteles para la abuela (y un lobo detrás), siete enanitos, ocho patitos, nueve soldaditos de plomo, diez colchones sobre un guisante, once ratas detrás de un flautista ¡y un reloj que tocó las doce! ¡La hora de volver a la cama corriendo! No importa si se dejó en la escalera una zapatilla, su mamá la recogió sin sospechar el mundo que había descubierto Ana. Una hermosa historia que es un homenaje a los cuentos tradicionales. Los lectores que reconozcan los cuentos se divertirán recordándolos, y para aquellos que no los conozcan será una buena oportunidad para leerlos.
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