En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Bernard Moitessier nació en Indochina en 1925. Se inició en la navegación en su juventud, con los pescadores del golfo de Siam, y mas tarde surcó como patrón los legendarios mares del Sur. Con la experiencia de haber navegado según los métodos más primitivos, y enriquecida su formación por los marinos de Asia, nació en el fondo de su ser este amor por la mar que había de marcar toda su vida. Vivió en solitario ochenta y cinco das en alta mar y se estrelló contra la costa. Tres años de trabajo en la isla Mauricio le permitieron zarpar de nuevo con un barco construido por el mismo. Pero volvió a naufragar, y, sin barco y sin dinero, sin familia y casi sin amigos, permaneció bloqueado en las Antillas, hasta que consiguió llegar a Francia. En 1966, acompañado de su esposa, dobló por primera vez el cabo de Hornos, uniendo sin escalas Tahití con Europa. Fascinado por la gran marejada de las altas latitudes, desea volver a encontrar este soplo de alta mar que, una vez se ha probado, ya no puede olvidarse, y va forjándose en su interior el proyecto irrevocable de dar una vuelta al mundo en solitario y sin escalas.
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.