En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
«?nadie más que él podía ser el hombre de la arena. Pero ya no lo veía como aquel espantajo de cuentos de abuela que buscaba ojos de niño para llevar alimento al nido de búhos. ¡No! Ahora era un monstruo que allí donde intervenía llevaba pena, desgracia, ruina temporal, eterna.»
El hombre de la arena, ese personaje familiar que entraba por las noches en las casas de los niños, encuentra en el relato de Hoffmann su mito y alcanza su máxima estatura: la del terror incubado en la infancia, el miedo alimentado cada noche que desencadena la demencia.
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.