En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Relatos poéticos y fantásticos para reflexionar sobre los pensamientos de los niños, entender el mundo que construyeron a su medida, a base de mariposas, soles y letras, y volver, a través de ellos, a la propia infancia.
María bailaba. Oía la lluvia y bailaba. Oía el timbre y bailaba. Oía los pájaros por la mañana y bailaba. Incluso las cosas que tocaba se ponían a bailar. Sara quería dibujar el mundo. Se subía a los árboles y les dibujaba manzanas, miraba el cielo y le dibujaba estrellas, miraba las flores y les dibujaba vestidos. Juan oía lo que decían las cosas porque en lugar de dos orejas, tenía diez. Cuando nació, su mamá se preocupó al ver tantas orejas, pero Juan, que la oyó, le mostró una gran sonrisa. Cuando Rodrigo inventó una gran red, cazó los planetas y los puso a dar vueltas dentro de su casa, todos dijeron: ¡¡¡Rodrigo es inventor!!! Y entonces le salieron lentes. Antonia, en lugar de cabello, tenía flores. Por eso algunas personas pensaban que, en vez de un niña era un macetero. Esta confusión no le molestaba porque sabía que, cuando florecía, su cabeza era realmente hermosa. Cuando Carolina nació, imaginó que era una manzana. Y, como para ella imaginar algo y ser ese algo era lo mismo, con el tiempo fue un arroz, un pez y un lago.
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