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El 30 de enero de 1889, Rodolfo de Habsburgo-Lorena, príncipe heredero del Imperio austrohúngaro, fue hallado muerto junto a su joven amante en el pabellón de caza de Mayerling, en los bosques de Viena. La muerte del primogénito del emperador de Austria-Hungría es el principio del fin para la monarquía Habsburgo y una tragedia sin precedentes en la vida de sus padres, Francisco José y Elisabeth (Sisí), la deslumbrante emperatriz.

María Bastitz nos hace revivir en esta novela el enigma de Mayerling. Sin faltar a la veracidad histórica como tal, recrea unos hechos que encajan con precisión hasta llegar a la terrible y sorprendente conclusión final. Mucha tinta ha corrido en torno al pacto suicida de Mayerling y a todo este suceso histórico cuyos enigmas se han visto incrementados por el férreo secreto de Estado que desde un principio pesó sobre él. Hemos conocido infinidad de novelas y películas románticas sobre el idilio y muerte del príncipe y la baronesa Maria Vetsera. Sin embargo, como dijo el propio Emperador “cualquier cosa puede resultar mejor que la verdad”. He ahí lo que, basándose en testimonios de la época, desarrolla esta novela cuya intriga mantiene suspendido el ánimo.

Desde el palacio del Hofburg, en el corazón de Viena, la dinastía Habsburgo reinó durante seis siglos y medio en casi toda Europa central. La belleza, la música, la decadencia, todo el rico panorama cultural de la Viena finisecular se personifican en la trágica trilogía que componen Franz Joseph, Elisabeth y su hijo Rudolf: el príncipe amado por su pueblo, de ideas innovadoras que proponía la modernización del vasto imperio y cuya vida quedó truncada en plena juventud.