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El 10 de enero de 1992 una tormenta sorprendió a un carguero que cruzaba el Pacífico desde Hong Kong hasta Washington. Doce contenedores cayeron al mar. Uno de ellos se abrió y liberó 28.800 bolsitas de juguetes de plástico al mar. Miles de animales de goma, entre los que se encontraban patitos amarillos, ranas verdes, castores rojos y tortugas azules, navegaron por las corrientes oceánicas hasta naufragar, ser presa de los animales marinos o quedar varados en playas inexploradas. El periodista Donovan Hohn leyó la noticia y decidió seguir el rastro a los juguetes de plástico. Este hecho, en principio anecdótico, se convirtió en una odisea accidentada que lo llevó hasta China, Alaska, Hawai, Escocia y el Ártico, lugares en los que fue testigo del complejo entramado de las compañías marítimas, de la minuciosidad del trabajo de los oceanógrafos, de los riesgos de los marineros disidentes y del oscuro mundo de las fábricas de juguetes chinas. Moby-Duck es un viaje trepidante a las profundidades del océano divertido y curioso. Un recorrido científico, mítico, con moraleja ecologista, que se lee como una novela.
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