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La locura, escrita durante el verano de 1898 en el que España perdía sus últimas colonias de Ultramar, narra ?mediante la entonces novedosa técnica del procedimiento indirecto? la vida de Daniel Serrallonga, un ciudadano catalán involucrado en política (admirador obsesivo del general Prim, y que llega a ser diputado en las Cortes de Madrid) que va enloqueciendo ante el pronóstico de unos pocos y el asombro de casi todos. Una locura que el narrador de la novela y testigo de este proceso trata de reflejar a través de la sorpresa, el humor pero también el terror de cuantos le rodean. Resultaría demasiado simple apuntar para La locura una relación íntima con Zola y el naturalismo (el autor de J?accuse prologó una de las novelas de Narcís Oller traducida al francés): en nuestra obra, Narcís Oller (1846-1930) investiga pero no claudica ante las teorías psicológicas en boga: la construcción de una respuesta simple y rotunda, casi determinista en el naturalismo. La verdad, la vida y la locura son sin duda para el autor asuntos mucho más complejos, y la novela y el melodrama el vehículo ideal para plasmarlos. Oller es el creador de la novela catalana moderna, y La locura, un relato trágico sobre la perplejidad humana ante la demencia.
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