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¿Puede el Diablo seguir buscando venganza después de dos mil años? El inquisidor Bernardo Guidoni encabeza la Delegación Papal, que llega al convento dominico de Xátiva en el peor de los momentos, donde precisamente unos días antes, rompiendo con la monotonía y tranquilidad de años, han ocurrido distintos sucesos: una posible posesión diabólica, un robo, dos muertes y la violación continuada del voto de castidad. Detrás de todo ello puede estar el propio Diablo, que siete siglos después, y ya en nuestros días, seguirá con sus planes de venganza. Pedro, exorcista en pleno siglo XXI, lleva desde niño, colgada del cuello, una cruz invertida, símbolo de la humildad de San Pedro, pero a sus cuarenta años empieza a preguntarse el verdadero origen del colgante y si no será otro su verdadero significado. Una vez más, Ramón Cerdá ha conseguido sorprendernos. Después de EL ENCANTADOR DE ABEJAS, donde la trama transcurría en tres épocas totalmente distintas, con EL PRINCIPE DE LAS MOSCAS el autor vuelve a experimentar con diferentes espacios temporales, comenzando su novela en la Edad Media y continuándola en nuestros días. ¿Cómo consigue unir ambas épocas al tiempo que da credibilidad a la historia? No hablamos de viajes en el tiempo, sino de un mismo personaje, el Diablo, que continúa con una venganza que comenzó hace más de dos milenios y que está dispuesto a terminar. Ampliamente documentada, tanto históricamente como en lo que a investigación sobre posesión diabólica y exorcismos se refiere. Exorcismos que todavía, hoy en día, la Iglesia Católica sigue realizando. Un thriller psicológico, combinado con novela histórica y manual exorcista. Tiene en común con otras obras del autor: su lenguaje claro y directo, una trama que engancha al lector con facilidad, unos personajes muy peculiares y un final completamente inesperado. Queremos añadir que hemos disfrutado especialmente con Pedro el exorcista, personaje principal de la segunda parte de la novela. MeGusta Leer - Facebook