En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Tomás de Zumalacárregui fue el líder indiscutible de la primera sublevación carlista entre noviembre de 1833 y junio de 1835. Apenas veinte meses que lo convirtieron en una figura clave de la historia del País Vasco, un mito que ha perdurado a través del tiempo y al que se le han dado diversas interpretaciones. No fue un político ni un ideólogo, sino un militar que, surgiendo prácticamente de la nada, organizó las partidas de campesinos armados a su mando de tal modo que fueron capaces de derrotar e incluso humillar, uno tras otro, a los generales que constituían la flor y nata del ejército cristino, a pesar de que éstos contaran con tropas mucho más numerosas y mejor equipadas. LAS BATALLAS DE ZUMALACÁRREGUI permitieron asentar políticamente al carlismo y le brindaron una oportunidad, que empezó a desvanecerse precisamente cuando el general de Ormaiztegi recibió en el cerco de Bilbao la herida que lo llevaría a la tumba. Los autores carlistas lo adoraron y los liberales, en general, lo trataron con respeto e incluso admiración. Sin embargo, frente a los que afirman sin dudar que fue un estratega genial, los hay que consideran que en su éxito hubo mucho de fortuito y resaltan las contradicciones de su trayectoria.
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.