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Este libro que tienes en tus manos es un libro de poemas, que es tanto como decir que está hecho desde la intimidad personal, cargado de sentimientos que compartir. Porque decir que la poesía es puro sentimiento, que es desnudar la propia intimidad, no es descubrir los arcanos de la literatura, pero sí recordar que, frente a otros géneros literarios, el poeta no inventa sino que transcribe lo que siente, vive en cada verso, con independencia de que haya una experiencia real previa. El poeta se reúne con el lector en esa intimidad, donde llega a compartir incluso sentimientos como el dolor, la soledad, la enfermedad o la muerte, que son humanizados mediante el lenguaje poético.

Otra peculiaridad del género poético es que la titularidad del verso deja de ser de la exclusiva propiedad de su autor. Los poemas se recuerdan, se viven, se releen y llega un momento en que no importa tanto quién lo escribió sino lo que transmiten, lo que se siente cada vez que uno se enfrenta con unas palabras que desde su frialdad artificial pasan a transmitir lo que cada persona piensa y siente en lo más profundo de su alma.

En definitiva, la poesía puede ser una buena excusa para que hagamos un hueco en nuestra ajetreada vida y nos podamos encontrar con nosotros mismos, a condición de que leamos pausadamente sus versos, sintiendo cada una de sus palabras.


Alfredo García Gárate, nacido en Madrid, es Catedrático de Derecho en la Universidad San Pablo Ceu de Madrid. Después de dedicar toda su actividad al mundo jurídico en su ámbito universitario y en el ejercicio profesional, con numerosas publicaciones, inicia con este libro de poemas su incursión en el mundo literario con el que pretende colmar una afición antigua y poner de relieve que el mundo del derecho no es incompatible con la poesía. Para que los sentimientos que quiere reflejar en sus palabras fluyan con naturalidad, lejos de toda atadura métrica, adopta el verso libre al que dota de una musicalidad interna que le proporciona el ritmo necesario para que pueda trasmitir al lector todas las emociones.