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Hasta épocas relativamente recientes, los cristales eran tenidos como entes misteriosos (a veces incluso mágicos). Con el conocimiento de la estructura de la materia, obtenido principalmente a partir de los comienzos del siglo actual, el «misterio» de los cristales empezó a desvelarse. Hoy en día, en los laboratorios de física del estado sólido se «cultivan» cristales artificiales, sobre todo por su aplicación técnica a los más diversos elementos de la ingeniería electrónica: transistores, chips, etc. Esta importante faceta de la aplicación industrial de una rama tan básica de la física como es la del estado sólido se muestra detalladamente en Cristales, electrones, transistores, enfocándose desde una perspectiva histórica. En este libro, Michael Eckert y Helmut Schubert no describen los aspectos espectaculares de la historia de la física moderna (relatividad, fisión nuclear, etc.), sino que se ocupan de otras facetas aparentemente más modestas, pero de enorme importancia social, que han influido decisivamente en el desarrollo tecnológico actual, y que desgraciadamente son mucho menos conocidas por el gran público.