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Es septiembre de 2008 y Lehman Brothers acaba de quebrar. Puede parecer una pieza pequeña en el gran tablero mundial, pero su caída está a punto de desencadenar un efecto dominó que hará crujir los cimientos económicos de Occidente. Inmediatamente, el Dow Jones se desploma, los impagos hipotecarios se disparan en Estados Unidos, el paro escala hasta el 10 por ciento en la superpotencia y las quiebras de bancos se suceden. Es oficial: la primera economía del planeta está en recesión. El desastre no tarda en llegar a Europa. Estalla la crisis griega. Se descubre la mala gestión financiera que los helenos llevan años practicando y la troika trata de atajar el problema con recetas que sólo agravan la deuda. La desconfianza corre como la pólvora en la eurozona: las economías de Irlanda, Portugal, España, Chipre e Italia se tambalean. Richard S. Grossman analiza los errores que permitieron la mayor crisis financiera desde la Gran Recesión y los que dieron como resultado otros grandes sucesos internacionales, para demostrar que todos los errores de los últimos dos siglos se produjeron siempre por anteponer la ideología a la lógica económica. Este libro es, en definitiva, un recordatorio para gobernantes: ¡No es la ideología, es la economía, estúpido!
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