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Agustín García Calvo es uno de los pensadores más originales, influyentes y reconocidos de nuestra filosofía reciente y, pese a ello, uno también de los más desconocidos. Su labor intelectual irradió durante numerosas décadas a quienes se movieron en los ámbitos de lo que aquí se llamará contracultura: un espacio heterodoxo, activo política, cultural y socialmente, rico en disidencias y en gran medida inasible («no hay manera de ser ácrata, como si fuese una identidad entre otras», nos recuerda Jordi Carmona). Este ensayo ejecuta una maniobra de inmersión en el pensamiento de García Calvo para beber de quien aquí se califica como el sol negro de la acracia española. No se trata pues de una biografía clásica, ni de una introducción a un autor, sino de un gesto de reapropiación apasionada, de reinterpretación articulada en torno a los grandes temas que sujeto y entorno comparten (el pacto con el diablo, el viaje, las búsquedas rítmicas, las experimentaciones sexuales y deseantes, el papel de lo popular, la acracia y el antifranquismo) y a las relaciones cruzadas con otros pensadores del momento (Deleuze,
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