En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Un sentimiento recorre nuestras vidas. No es ansiedad, no esdepresión, no es euforia ni inquietud. Es, simplemente, que estamosmal. Vivimos en sociedades que hablan de salud mental pero que, enrealidad, están hablando de un conjunto de conceptos entremezclados:desesperanza, cansancio, falta de expectativas, estrés, preocupación y dificultad para saber cuándo se acabará ese sentimiento. El malestardel que hablamos tiene mucho que ver con la incapacidad de imaginar un futuro que sea realizable, con la falta de certezas sobre lo queocurrirá mañana o sobre el reflejo que nos sale al pensar que lo quevenga será siempre peor que lo que ya pasó. Ante esto, la primerapulsión de la sociedad parece ser la patologización de ese malestar,ya sea por la vía de la terapia o del psicofármaco. Una opciónalternativa, pero igualmente frecuente en ciertos ámbitos, es lanegación de la singularidad del sufrimiento y la llamada a lapolitización como respuesta única posible. En este libro tratamos deabordar los falsos dilemas ante los que nos enfrentamos al hablar de«lo que nos pasa», mirando a las raíces del sufrimiento psíquico y
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