En algunas ocasiones las existencias pueden estar erróneas o no se lo podremos conseguir en el plazo señalado. Confiamos en su comprensión y le agradecemos la confianza depositada. Esperamos no defraudarle.
Un elegante y absorbente recorrido por Tokio y sus habitantes.Durante más de 300 años, desde 1632 hasta 1854, los gobernantes deJapón restringieron el contacto con el extranjero, un casi aislamiento que fomentó una cultura notable y única que perdura hasta nuestrosdías. Durante su periodo de aislamiento, los habitantes de la ciudadde Edo, más tarde conocida como Tokio, confiaban en sus campanaspúblicas para dar la hora. En su extraordinario libro, Anna Shermanrelata su búsqueda de las campanas de Edo, explorando la ciudad deTokio y sus habitantes y la relación individual y particular de lacultura japonesa -y la lengua japonesa- con el tiempo, la tradición,la memoria, la impermanencia y la historia.A través de los viajes de Sherman por la ciudad y de su amistad con el propietario de una pequeña y exquisita cafetería, que eleva lapreparación y el consumo de café a una forma de arte, ?Las campanasdel viejo Tokio' sigue voces inquietantes a través del laberinto quees la capital japonesa: una anciana recuerda haber escapado de lasbombas incendiarias estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial. Uncientífico const
Este sitio web sólo utiliza cookies propias. Puedes configurar la utilización de cookies u obtener más información aquí
Más información sobre el uso de "cookies" y sus opciones de privacidad
Este sitio web utiliza cookies propias que se detallan a continuación en el panel de configuración.
A través del mismo, puede aceptar o rechazar de forma diferenciada el uso de cookies, que están clasificadas en función del servicio. En cada uno de ellos encontrará información adicional sobre sus cookies. Puede encontrar más información en la Política de cookies.
Estrictamente necesarias (técnicas):
Se usan para actividades que son estrictamente necesarias para gestionar o prestar el servicio que usted nos ha solicitado y, por tanto, no exigen su consentimiento.