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Este es el relato de una aventura fascinante, la del compromiso político de una joven catalana que durante la guerra civil española participo activamente en la defensa de los valores republicanos, que había heredado de su padre, miembro del Partido Comunista. Teresa Pàmies tenía tan sólo diecisiete años cuando en 1937 ingresó en las jsuc (Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña), que tenían su sede en el Hotel Colón, convertido en el centro neurálgico de la resistencia en Barcelona. Allí ocupó un cargo de responsabilidad, que ejerció con valentía y espíritu de sacrificio. Durante el tiempo que sumó sus esfuerzos al apoyo del legítimo gobierno de la Segunda República, llegó a codearse con personajes como Lluís Companys, Frederica Montseny o Lina Ódena; incluso con Ramón Mercader, el asesino de Trotsky. Obligada a exiliarse por culpa de su filiación política, en la antesala de la Transición regresó y publicó el testimonio de su activismo juvenil bajo el título Cuando éramos capitanes, sumándose esta vez a la lucha contra el olvido. Corría el año 1974. Las memorias de la Guerra Civil de una joven dirigent
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