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El exilio de la escritora Teresa Pàmies no fue ni breve ni fácil. Enenero de 1939 atravesó a pie la frontera francesa al tiempo que lohacían miles y miles de refugiados que huían aterrorizados delfascismo. Allí, en Francia, cumplió los veinte años. Tras no pocasaventuras, cruzó el Atlántico y acabó residiendo una buena temporadaen México, donde volvió a la militancia activa. De regresó a Europavivió en diversos países, sin perder nunca el contacto con laresistencia antifranquista. Cuando éramos refugiados es el relato deesos años larguísimos, en los que tuvo que desempeñar diversos oficios para ganarse la vida y mantener a sus hijos. La salvó «sentirsemiembro de una comunidad de ideales», que le dio fuerza para saliradelante. Así, la dureza de la diáspora no la hizo abdicar de susideas republicanas, que desplegó trabajando en las emisiones encatalán y en castellano de Radio Praga y también en las diversasrevistas en las que colaboró. Fue en la etapa final de ese exilio, enParís, cuando pudo empezar a dedicarle algunas horas a la escritura. Y como autora regresó, teniendo que enfrentarse a quienes pensando co
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