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En África, en los albores de la Segunda Guerra Mundial, las vidas de dos mujeres de mundos muy diferentes están a punto de entrelazarse.





Matilda Quartey tiene catorce años cuando el próspero abogado Robert Bannerman, uno de los pocos hombres negros educados en Inglaterra y establecidos en su tierra natal, la Costa de Oro del África Occidental Británica, se queda prendado de su belleza y decide convertirla en su segunda esposa. Para Julie, su primera mujer, es una bofetada que no está dispuesta a tolerar. Para Matilda, supone el final abrupto y cruel de su infancia.





En la zona inglesa de la colonia, Audrey Turton, mujer del nuevo asistente del gobernador, está horrorizada ante su nueva vida en África, donde la realidad no guarda ninguna relación con sus sueños de glamour y aventura. Abrumada y aterrorizada por la insoportable monotonía de sus días, por el calor y las costumbres del lugar, ahoga sus penas en alcohol mientras sueña con volver a Inglaterra.





La paradoja entre las vidas de ambas, una encajonada en sus deberes y tradiciones, disfrutando de lo poco que posee y del cuidado a sus hijos, y otra gozando de total libertad, sin ninguna responsabilidad ni preocupaciones, representa una más de las contradicciones de ese país donde la mezcla de tradición y modernidad, las diferencias entre colonizadores y colonizados, la integración y la segregación conviven con normalidad. Sin embargo los extremos a veces se tocan...





Segunda esposa es una metáfora sobre la libertad, la opresión en todas sus vertientes, la conformidad, la lucha del hombre por la supervivencia y por encontrar su sitio en una tierra donde la naturaleza saca lo peor y lo mejor de cada uno.