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Aún hoy, el apartado caserón de los Danner en Tannöd se conoce como el caserón de la muerte. En los años cincuenta, una familia entera fue brutalmente asesinada en una noche, a golpes de pico. Eran gente hosca y mezquina, y no caían bien a casi nadie, pero incluso los cuerpos de los niños y de la criada fueron hallados sin vida por unos campesinos que, inquietos por la rara ausencia de sus vecinos, acudieron a la solitaria finca. ¿Quién ha podido cometer semejante brutalidad? A lo largo de la novela leemos el relato de varios lugareños que, espoleados por las preguntas de la narradora, desgranan su opinión sobre los Danner, una familia que ocultaba secretos silenciados durante largo tiempo. Con un extraordinario sentido del ritmo y una crudeza sobrecogedora, Andrea Maria Schenkel consigue una originalísima novela negra sin comisarios ni detectives, un relato que envuelve al lector en la densa niebla de una comunidad opresiva, le hace desentrañar las traumáticas relaciones entre sus habitantes y lo coloca, sin trucos y apenas sin aliento, ante el rastro del asesino y la resolución final del crimen.
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