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Cuando los periodistas se afanaban en preguntarle qué había de cierto en su famosísima novela La isla del tesoro, Stevenson siempre contestaba que todo en aquel libro era fruto de su imaginación. Sin embargo, Alex Capus tiene sus buenas razones para creer que no todo fue inventado, y que en la mente de Stevenson existía el propósito de encontrar el tesoro de la iglesia de Lima, que los españoles habían confiado en 1821 al capitán Thompson para que lo cargara en su nave Mary Dear y lo salvaguardara de las tropas insurgentes.
Del tesoro nunca más se supo, aunque muchos fueron los que lo buscaron en la isla del Coco, a unas millas de Costa Rica, el lugar donde Thompson confesó haber escondido su botín. Sesenta años después de que el oro desapareciera, Stevenson publicó La isla del tesoro, y en 1889, cuando ya era un autor famoso, se embarcó con su familia en un viaje hacia los mares del Sur, pensando escribir unos artículos sobre la vi-da en aquellas latitudes y volver pronto a Europa. ¿Por qué su estancia en la isla de Samoa, que en principio solo tenía que durar unos días, se convirtió en definitiva? Pocos saben que, no lejos de Samoa, hay otra isla que en los mapas antiguos recibía el nombre de isla del Coco...
Mezclando realidad y ficción, Capus ha escrito una historia de aventuras donde la imaginación alienta mil conjeturas y convierte al mismísimo Stevenson en el protagonista de una novela que habla a su vez de la búsqueda de un tesoro.

«Seguir la ruta de Stevenson y leer sus libros es la mejor manera de ser un buen viajero y un buen escritor. Alex Capus demuestra ambas cosas en este libro.»
JAVIER REVERTE