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El emperador Carlos I de España y V de Alemania tenía un secreto: con fórmulas de los vidrieros medievales, el maestro Alonso Berruguete consiguió fabricar una tinta que convertía los objetos en invisibles. Ocultando armas y hombre, Carlos de Gante ganó la batalla contra Barbarroja pero se negó a legar el secreto a su hijo Felipe II en bien de la Humanidad.
Quinientos años después, el artesano Bartolomé Fuencisla descubre la cruz oculta del emperador, recubierta con la tinta invisible, en lo más alto de una pequeña ciudad de Mundo Unido. El rector Adriano Bayarri, director del Centro de Defensa, persigue el invento secreto para evitar que caiga en manos de los enemigos de occidente, una vez que los ordenadore le avisan de que un espía de los Países Externos parece haberlo descubierto.
La novela está dividida en dos partes intercaladas. La primera -escrita con abreviaturas propias de los mensajes de SMS- es el informe del Sistema Informático que gobierna occidente e el año 2101, relatando cómo se quiso obtener la fórmula en 2061. La segunda -que usa las abreviaturas, expresiones y grafismos del español de la época del Quijote- es el documento del paje del siglo XVI que fue testigo y protagonista del momento en que se cinceló la cruz secreta del emperador y se quemó la ciudad de Valladolid por esta causa en 1561.
En su conjunto, el texto supone una distopía crítica a la sociedad aséptica y falsamente refinada del siglo XXI, en la cual el Relativismo ha roto cualquier frontera entre el bien y el mal, frente a un mundo del siglo XVI, rudo y tosco pero más auténtico, noble y decente.