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Compuesto en Nápoles, ciudad a la que Juan de Valdés estuvo particularmente ligado en sus últimos años, el Diálogo de la lengua (1535-1536) es impensable sin el público italiano al que va dirigido y resulta inseparable de la questione della lingua que llevaba tiempo dirimiéndose en la península transalpina. Lejos de los presupuestos gramaticales propios del tratado, la obra es una meditación suelta, pero no caprichosa ni exenta de voluntad polémica, sobre la realidad lingüística -y literaria- de su tiempo, con la naturalidad como principal vara de medir y una sensible atención a los usos cotidianos del lenguaje; pero también es una pieza de refinada elaboración artística, colmada de viveza y gracia (en especial el personaje que Valdés compone a partir de sí mismo). Para la presente edición, José Enrique Laplana ha escrutado hasta el menor detalle la tradición manuscrita, con nuevas certidumbres sobre la gestación y difusión inicial del texto, y ha llevado a cabo una completa caracterización intelectual, lingüística y literaria tanto en el estudio introductorio como en la esclarecedora y matizada anotación.
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