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Publicada en 1839, Rojo y negro tiene, como todas la novelas de S tendhal, un trasfondo histórico y social (aquí la Francia de la Restauración), que enmarca el relato de la ambición y la fuerza de voluntad de Julien Sorel, un plebeyo provinciano, inconformista y rebelde. La historia, basada en un suceso criminal publicado en la Gazette des Tribunaux, tiene un título claramente simbólico, explicado por su autor al afirmar que por rojo entendía la carrera criminal y por negro, la eclesiástica, las dos únicas salidas posibles del protagonista, un apuesto joven, carente de recursos que, gracias a su inteligencia, ha recibido del bondadoso cura de su pueblo una educación privilegiada; lo que, unido a su afán de poder, a su imaginación exaltada y al irresistible poder de seducción que ejerce sobre las mujeres, despierta en él la inquebrantable resolución de encumbrarse y hacer fortuna. Aunque apreciada en su época por una minoría, Rojo y negro, obra cumbre de la narrativa del siglo XIX, sitúa a Stendhal como el primer novelista de genio de la era burguesa, el archinarrador ante el Altísimo, como decía Ortega y Gasset.
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