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Esta novela trata de la época dorada de las Brigadas Internacionales, cuando el hierro valía más que el oro. Trata de la época en que las brigadas XI y XII lucharon por la defensa de Madrid en Boadilla del Monte, en el puente de Arganda, en El Pardo, en Algora y Mirabueno, y al final en Guadalajara. Nadie tiene más derecho que Gustav Regler a hablar de estos hechos que salvaron Madrid. Luchó en todos ellos. No es mucho lo que he escrito sobre este libro. Es un libro para leer, no para escribir sobre él. A pesar del heroísmo y de la increíble lucha que mantuvieron en el frente del Ebro, no supone un relato más real o más ajustado a la verdad del papel general de las Brigadas Internacionales que la imagen real que nos ofrecerían Austerlitz o Wagram de la retirada de Moscú. Nosotros no tuvimos ningún Austerlitz, pero sí tuvimos Madrid, Arganda y Guadalajara… Hay acontecimientos tan importantes que la obligación de un escritor que haya participado en ellos es intentar narrarlos de forma veraz, en lugar de cometer la osadía de alterarlos inventando. Acontecimientos de esta talla son los que han hecho posible el libro de Regler. Ernest Hemingway. Camagüey, Cuba 1940. Datos del autor: Gustav Regler nace en1898 en el seno de una familia burguesa del Sarre. Lucha en la Primera Guerra Mundial. Estudia Filosofía y Ciencias Políticas y al terminar sus estudios se une al “Grupo de universitarios socialistas. En 1926 es redactor del periódico del Partido Democrático Alemán y publica su primera novela El éxodo de los pastores. Ingresa en el Partido Comunista Alemán, compagina escritura y lucha política anti-nazi; escribe Agua, pan y balas. En 1933, tras el incendio del Reichstag huye a París, entonces el centro del exilio alemán. Allí publica la novela anticlerical El hijo pródigo. En 1936 escribe la novela La siembra, novela histórica sobre la lucha campesina. En el otoño del 1936 Regler se dirige a España, convirtiéndose en el comisario político de la XI Brigada Internacional. Participa en diversas batallas y en junio de 1937 es herido de gravedad en Huesca. Recuperado, Regler viaja a París. En la primavera de 1938, viaja por Estados Unidos dando conferencias y recaudando fondos en pro de la causa republicana. Al comenzar la II Guerra Mundial Regler es internado en un campo de concentración de Le Vernet; es puesto en libertad en 1941 y en mayo embarca rumbo a Nueva York, en tránsito, con México como último destino. En 1942 rompe con el Partido Comunista, este giro ideológico convierte a Regler en uno de los renegados más notorios.