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Con Fin de siglo -referido, claro está, al final del siglo XIX-, el escritor nos propone cuatro nouvelles, que quizás sean la mejor forma para conocer a Morand y acercarse a sus puntos de vista, al sarcasmo y la ironía, al desprecio hacia lo popular y común: su extraño sentimiento de superioridad intelectual y moral, su elegante cinismo. La primera, Flor-de-Cielo, se desarrolla entre Viena y Pekín y narra las disputas de tres oficiales por el amor de una mujer que acabará trágicamente torturada hasta la muerte por los bóxers después de haberse convertido en lazarista. La segunda nouvelle, La Presidenta, pasa en los Estados Unidos y nos muestra a una mujer fuerte de carácter dominada por la cultura de la alta burguesía de su época. Con El bazar de la caridad, plantea el clásico escenario marido-mujer-amante, del vodevil que termina en tragedia. Finalmente, con Fuego señor duque, que nos retrata a un hombre viudo de quien toda la família quiere la herencia, nos encontramos en un territorio más divertido, casi com si se tratara de una farsa con un final feliz digno de las comedias de la época dorada del cine.
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