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Un joven de 16 años se matricula en una escuela concertada para estudiar bachillerato. Allí cursará, por primera vez, la materia de Religión. El primer día de clase, el profesor propondrá a sus alumnos escribir, durante todo el curso, un diario semanal profundizando en lo que se ha hablado en clase. A través de ese diario, conoceremos los temas tratados en el aula y las explicaciones del profesor, pero nos adentraremos, también, en las vivencias del adolescente y en sus conversaciones privadas con el profesor, abordando cuestiones como el dolor, el amor y el desamor, la enfermedad, la muerte, la oración, la libertad, la solidaridad, la transcendencia
Todo ello, sin rehuir temas polémicos sobre los que los jóvenes interrogan a la Iglesia o, directamente, se oponen a ella, como la homosexualidad, el celibato sacerdotal, el sacerdocio femenino, el divorcio o las segundas nupcias de los divorciados. Al final, la relación establecida con el profesor resultará tan educativa o más que las horas de clase.
En palabras de su autor, este libro es un ensayo novelado. Novelado, porque Javier no existe, es un personaje de ficción, como lo es también el joven narrador de esta historia; ya que, aunque este libro no queda vetado a los adultos, aspiro a que lo lean sobre todo los adolescentes y jóvenes. Ensayo, porque además de contarnos la pequeña historia de un adolescente va desgranando algunos de los temas que pueden tratarse en la clase de religión. No renuncio a entretener al lector, pero me gustaría, sobre todo, hacerle pensar.
Incluye, además, tres textos teatrales (La humanidad, Pasión de ayer, pasión de hoy y Marcianos decepcionados) que pueden ser representados en el ámbito escolar.
