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Buena parte de la actual historiografía sobre el régimen señorial ha optado por una interesante línea de investigación, como es el estudio de las Casas nobiliarias. Por ello, entre otras muchas razones, hemos creído necesario reabrir una investigación que con el paso de los años era necesario revisar y actualizar, tanto en el fondo como en la forma. Ahora, aunque el protagonista en el título siga siendo el señorío, éste sólo será una parte -aunque muy importante- de la obra, dicho protagonismo será compartido con el linaje de Lara y la Casa de Paredes, con sus estructuras de parentesco y alianzas matrimoniales, actividades profesionales, el mayorazgo y los pleitos por la sucesión a lo largo del tiempo. A lo largo de la obra destaca la importancia que tiene el título de Maestre de Santiago en la historia del señorío alcaraceño. Don Rodrigo Manrique, para conseguir dicho título de Maestre, tuvo que vender las poblaciones de su señorío, y su hijo don Pedro, por no disputar dicho título a la corona a pesar de sus derechos bien fundados al mismo, obtuvo como recompensa Riópar y Cotillas. Y con la incorporación de estas nuevas villas a las tres del antiguo señorío manriqueño (Villapalacios, Bienservida y Villaverde) pudo el II conde de Paredes y comendador de Segura ver realizado el sueño de poseer y consolidar un importante señorío en las tierras de la sierra de Alcaraz.