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DURANTE el siglo XIX, fueron frecuentes los libros de viaje ilustrados porque, hasta que la reproducción fotográfica y el arte de viajar no se popularizaron, los grabados y litografías eran las únicas fuentes que permitían, sin abandonar el salón y la biblioteca familiar, un cierto conocimiento visual de lugares lejanos y exóticos. Quizás en esto radique la gran acogida dispensada, desde sus primeros momentos a estas páginas que hoy reeditamos y que atesoran hermosísimas imágenes y ricos testimonios escritos de ciudades, paisajes, escenas y tipos que ahora podemos evocar sólo gracias a la peregrinación artística de dos personajes que pusieron su pasión y sus dotes para que su viaje se convirtiera, incluso siglos después, en un viaje al alcance de todos. Davillier descubre y describe una España y unas costumbres que Doré cubrió con el halo trascendente de su arte.
JEAN CHARLES DAVILLIER (Barón de Ruán, 1823-París, 1883) hijo de rica familia de industriales normandos que le permitió económicamente renunciar al mundo de los negocios y dedicarse por entero a viajar, desarrollando sus gustos artísticos y su afán coleccionista, sobre todo en el campo de las artes decorativas. Fue hispanista y gran conocedor de nuestra cultura. Había visitado nueve veces España antes de empezar en 1862 el viaje que sirvió como fuente principal de narración para este libro. Publicó también Historia de la cerámica hispanoárabe de reflejos metálicos; Historia de las lozas y porcelanas de Mostiers; El gabinete del duque de Aumont y los aficionados de su tiempo; Fortuny, su vida, su obra, su correspondencia.
GUSTAVE DORÉ (Estrasburgo, 1832-París, 1883) -ilustrador y grabadista de esta edición- fue uno de los más fecundos e influyentes dibujantes de la segunda mitad del siglo XIX. Sus exuberantes fantasías constituyeron una importante fuente de inspiración para los pintores románticos de la época. Su fama se debe, sobre todo, a sus xilografías destinadas a la ilustración de casi un centenar de obras clásicas, entre las que cabe destacar los Cuentos droláticos de Honoré de Balzac, la obra de Rabelais, la Divina Comedia, El Quijote, Las aventuras del barón de Münchhausen, La Biblia o El paraíso perdido.
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